miércoles, 28 de abril de 2010

Greenpeace se encuentra con Obama en la Casa Blanca.


Abril 27, 2010 | CategoríaBallenascambio climático
El viernes pasado el Director Ejecutivo de Greenpeace Estados Unidos, Phil Radford, escribió una interesante anécdota en The Huffington Post sobre su encuentro con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca que puede servir de orientación para la futura acción de la organización.  Aquí la reproducimos y la compartimos con ustedes:
Mire, a mí me encantan las ballenas“, dijo el presidente con una sonrisa mientras me estrechaba la mano.
Ayer, en el Día de la Tierra, yo pensaba llamarlo para hablarle de impulsar una legislación que realmente solucione la crisis climática. No tuve suerte.En cambio, de repente me encontré liderando una marcha a la Casa Blancapara que no retire la moratoria de 35 años sobre la caza de ballenas.
Esa misma tarde, fui invitado a la Casa Blanca para reunirme con él. Le pedí a mi equipo que me hiciera sugerencias sobre lo que podía decirle. La respuesta más graciosa que recibí fue que le diera un golpe con el puño y le dijera: “perforá, perforá“. Por mucho que me hubiera gustado filmar eso, me decidí a preguntarle acerca de la revocación de su promesa de campaña a Greenpeace para poner fin a la caza comercial de ballenas.
El presidente se fue acercando persona por persona, diciendo “hola”, mientras abogados tras abogados le iban haciendo preguntas de softbol  Yo le estreché mi mano y le dije:
“Señor presidente, soy Phil Radford de Greenpeace. Nos preocupa que su administración esté impidiendo la prohibición de la caza de ballenas.”
“Lo sé”, contestó. “He visto sus anuncios en los periódicos.”
“Fantástico”, le respondí. “¿Cuál es su plan para cambiar la posición de su Gobierno?
“Mire”, dijo el presidente, sonando como su doble de Saturday Night Live, “me encantan las ballenas. Haré lo que pueda para protegerlas.”
“¿Va a invertir la posición de su Gobierno?”, le pregunté.
El presidente respondió: “Vamos, no haga lobby aquí, justo ahora”.
Nuestro punto había quedado demostrado. Ya no tiene sentido hacer lobby con el presidente. Después de todo, el Día de la Tierra debería recordarnos que el lobby jugó un papel menor en la obtención de la Ley del Aire Limpio, en la Ley de Agua Limpia y en la prohibición de caza comercial de ballenas.Las personas en acción son las que marcaron la diferencia. Las 200 millones de personas en las calles durante el primer Día de la Tierra son las que provocaron el cambio. Y seguiremos en las calles hasta que el presidente Obama haga honor a su promesa de poner fin a la caza comercial de ballenas.

Philip D. Radford
Director Ejecutivo- Greenpeace U.S.A.

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