martes, 26 de octubre de 2010

Posible via para lograr una calefacción menos contaminante

(NC&T) El equipo de científicos de la Universidad de Manchester que propone este sistema afirma que el uso sostenible de madera y otros biocombustibles podría ser la clave para lograr una notable reducción de gases con efecto invernadero.

Un nuevo sistema de organizar la calefacción, 
mediante el cual las viviendas serían calentadas

desde puntos centrales en barrios o 
urbanizaciones, podría reducir drásticamente 
las emisiones de gases de efecto invernadero. 
(Foto: Manchester U.)
Según los investigadores, la construcción de sistemas urbanos de distribución de calor que proporcionen calefacción y agua caliente a un barrio o a una comunidad no sólo reduciría drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero sino que también sería muy rentable.

De acuerdo con las estimaciones del equipo de Patricia Thornley, el uso de la madera en las centrales eléctricas del Reino Unido traería como consecuencia una reducción de los gases de efecto invernadero de más de un 84 por ciento, y sería posible un ahorro de un 94 por ciento en el caso de la distribución por barrios o comunidades de calefacción y agua caliente.

Se necesitaría usar diversas vías de obtención de combustible, incluyendo los residuos forestales importados y los cultivos locales con alto contenido energético destinados a la producción de biocombustibles.

La clave es que la biomasa debe ser cultivada de forma sostenible, procurando evitar dañar el medio ambiente o provocar efectos socioeconómicos indeseables.

En un trabajo previo de estos investigadores, se tuvo eso en cuenta y se llegó a la conclusión de que la biomasa sostenible podría satisfacer como mínimo el 4,9 por ciento de la demanda total de energía en el Reino Unido.

Conseguir aprovechar ese potencial podría ahorrar una cantidad anual de dióxido de carbono equivalente a las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a unos 2,7 millones de hogares.

Calentar las casas mediante la combustión de madera reduce las emisiones netas de gases con efecto invernadero, porque las plantas y los árboles absorben dióxido de carbono durante su crecimiento, y se limitan a volver a liberarlo cuando son quemados para obtener calor. No se puede decir lo mismo de, por ejemplo, el carbón o el petróleo, que retienen carbono muy antiguo, el cual permanecería enterrado, sin apenas posibilidades de escapar a la atmósfera, si los combustibles fósiles no fuesen extraídos de sus yacimientos.

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