Por Laura Farinelli / 20.02.2011
Para inaugurar la serie de entradas dedicadas a los Restaurantes ECO, me gustaría introducir algunos conceptos, seguramente muy conocidos y muy importantes, que están a la base de toda una filosofía: el Slow Food.
Slow Food nació el año 1986 en Italia, de la mano de Carlo Petrini, con la idea de impedir la desaparición de las tradiciones gastronómicas locales, combatir la falta de interés por la nutrición y los sabores y reflexionar sobre las consecuencias de nuestras opciones alimentarias.
Uno de los principios básico se encuentra en el Manifiesto Km 0:
Un manifiesto que promueve el consumo de alimentos de proximidad por dos razones principales:
- para reducir la huella ecológica que conlleva el transporte de materias primas
- incentivar la gastronomía local y evitar así la extinción de determinadas especies vegetales que dejan de emplearse y rescatando incluso platos típicos de las regiones que están destinados a perderse en el olvido.
Fomentar el consumo de alimentos regionales, procedentes de una distancia no mayor de 100 Km, no solo protege la identidad gastronómica por utilizar productos de la tierra, además cuida la economía. Facilitando el intercambio comercial directo entre el agricultor y el restaurante que se sirve de estos productos, se consiguenprecios justos, se eliminan los altos costes de transporte y embalaje y se reduce la producción de los residuos derivados de estas actividades.
Las ideas que están en el origen de Slow Food no son ideas radicales: invitan a aplicar el sentido común en nuestras compras y en la preparación de nuestras comidas. Es también por eso que los principales ejemplos de cocina de proximidadson más rurales que urbanos.
La desventaja de los Restaurantes Km 0 es que sus cartas son limitadas en la variedad de alimentos si se comparan con la de un restaurante normal.
En la página web de Slow Food se pueden ver la lista completa de los cocineros Km 0 y las bases para poder estar en el club.
Para los viajeros, tener referencia de los Restaurantes sostenibles del destino que visitan, adhieran o no al manifiesto, puede ser la forma de acercarse a la gastronomía local más auténtica, limitando el impacto ambiental y favoreciendo el desarrollo de la economía local: ¡todas ventajas!
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