viernes, 8 de abril de 2011

¿Nuestros cegados señores feudales permitirán el cambio?

El Divisadero. 07.04.11.
El Sr. Fernández, Vicepresidente Ejecutivo de HidroAysén, es realmente...increíble. En su manera de operar se asemeja a un tanque o bulldozer. No razona, no dialoga, no se desvía jamás de su curso, digan lo que digan sus muchas contrapartes en torno a la controversia por HidroAysén.
Él reitera, y machaca, cual martillo hidráulico, con los mismos argumentos, una y otra vez, incansablemente. Debe ser un método sugerido por alguna de las perversas agencias de publicidad que se dedican al lavado de imagen de empresas que cometen tropelías, o que pretenden cometerlas, y que incluso hacen abiertamente algo que suena muy feo y que se denomina 'condicionamiento social'.
Esto se refiere a condicionar a alguien, o a muchos, a ver algo de la forma que le conviene a una empresa; a percibir algo dañino como algo beneficioso; a creer que un pirata corporativo que pretende obtener pingües utilidades a costa de uno, de todo lo que nos rodea, y del patrimonio de todos los chilenos, es una institución poco menos que filantrópica.
Notable, pero la verdad es que nos invaden cotidianamente las compulsiones consumistas. Y los niños, y las personas creen que desde su ser interior, que desde su propia voluntad desean realmente, necesitan desesperadamente el nuevo producto X, sin darse cuenta que esta compulsión ha sido sistemáticamente plantada en nuestras mentes a través del condicionamiento de la publicidad que invade todos los espacios, si no erigimos verdaderas 'barreras de fuego' a nuestro alrededor.
¿Cómo es posible que esto sea legal? Difícil entenderlo, pero hoy son tantas las flagrantes barbaridades que permite nuestro actual sistema social. Bueno, esto es lo que hace Fernández con HidroAysén. Utilizando todas las malas artes mediáticas disponibles, contando con la complicidad de autoridades de gobierno, y con financiamiento ilimitado, busca hacernos creer lo que la empresa que lo contrató necesita que creamos para conseguir su interesada meta. Fernández, igual que su jefe, Bernardo Larraín de Colbún, nos machaca con las supuestas bondades de su millonario proyecto. HidroAysén y su línea de transmisión es definitivamente, en la opinión de una gran mayoría, lo peor que podría hacer Chile en términos energéticos.
Hoy, el desafío de la humanidad no es cómo generar cada vez más, sino como generar en forma cada vez más inteligente y eficiente, garantizando que 'el sur' del sector sean genuinamente el bien común y la sustentabilidad ambiental, porque sin la integridad de la naturaleza estamos fritos, y punto, algo que se está haciendo cada día más palpable en este planeta, aunque siempre ha sido una realidad evidente que aparentemente los mentados 'condicionamientos sociales' no nos ha permitido ver. Hoy el verdadero desafío de la humanidad es cómo consumir menos, y no solamente energía sino de todo. El problema es, según rigurosas estadísticas, que casi la mitad de la humanidad se debate en el umbral de la pobreza o se hunde en la miseria. Obviamente, a estas personas no se les puede pedir que consuman menos, pero su situación es el efecto de un modelo, no su causa.
El problema es la asombrosa concentración de extremadísima riqueza en las manos de una diminuta minoría. Los monopolios que crecen y crecen, los ultra millonarios que se hacen cada día más mega millonarios. Hoy todo es negocio entre gigantes que se retroalimentan entre ellos y se disputan el mundo a tarascones. Tal como lo dicen tantos expertos, lo que Fernández deliberadamente no escucha, el paradigma energético en Chile debe cambiar en forma radical. Debemos salir del esquema mega, de los enormes proyectos convencionales, del mega negocio energético que lo subyace. Las mineras deben autoabastecerse con plantas de concentración solar y dejar de ser el problema energético de todo Chile, incluyendo de la región de Aysén a miles de kilómetros de distancia. Los parámetros obligados de una política energética nacional deben ser la equidad social, la eficiencia energética, la sustentabilidad ambiental, la generación distribuida a 'escala humana' (Manfred Max Neef) con las energías renovables que abundan en Chile. Chile podría llegar a ser un modelo para el mundo. Esto es absolutamente viable. Depende únicamente de la voluntad política. La pregunta es si nuestros cegados señores feudales permitirán el cambio.

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