sábado, 24 de septiembre de 2011

Ruido causado por los humanos está matando a los animales marinos

sáb 24 sep, 2011 a las 18:20
Ojos que no ven, corazón que no siente. Y oídos que no escuchan, cerebro que ni se inmuta. Es lo que pasa con la contaminación acústica de los mares. El smog acústico causado por los seres humanos está invadiendo todos los rincones de los océanos. En solo cien años, desde que los humanos hemos industrializado el uso de los mares, hemos roto una armonía milenaria. Ni plásticos, ni mareas negras de petróleo, ni nitratos ni fosfatos; la clara señal de alarma viene ahora desde otra banda: Se han introducido ruidos en el medio marino sin ninguna previsión ni control. Tanto que pueden terminar con el delicado equilibrio de los mares más rápidamente que cualquier otra fuente de contaminación si no intervenimos.

Los barcos, planchones, cruceros y otros medios de transporte acuáticos hacen parte de las fotografías. Pero toda esta actividad marítima incrementa la cacofonía debajo del agua.

Científicos marinos en la Universidad de Victoria grabaron sonidos a lo largo del océano, con micrófonos colocados en las embarcaciones que pasaban por Vancouver, Canadá. Para ellos, el sonido más claro era el de las ballenas, pero descubrieron que estos animales tienen básicamente que gritar para comunicarse entre ellos. El sonido que producen los barcos de carga se encuentra muy cercano a las frecuencias que las ballenas utilizan para sus intercambios básicos: alimentarse, encontrar compañero, evitar los predadores y navegar.

Las fronteras entre ruido y calma no han sido establecidas todavía. Pero hay riesgos de que el problema aumente con el aumento del comercio internacional y la exploración del petróleo.

Cachalotes, ballenas y delfines han desarrollado un complejo sistema de comunicación. Pero el ruido que hemos introducido les está volviendo literalmente locos y amenaza su supervivencia. Es que ni se escuchan entre tal barullo. Los varamientos de cetáceos pueden ser un síntoma de la enfermedad. No pueden hablar entre ellos para buscar comida, pareja, orientarse, viajar, cuidar del grupo y de la prole… Son mensajeros del mal que afecta a toda la cadena alimentaria.

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