jueves, 4 de junio de 2009

Pascua Lama o la codicia por el oro

SANTIAGOChile — Los ejecutivos de la empresa minera, Barrick Gold Corporation están muy entusiasmados con el desarrollo de su proyecto binacional Pascua-Lama, el cual está ubicado una parte en San Juan (República Argentina) y otra parte en la Tercera Región de nuestro país. La inversión de US$ 1.500 millones, daría el vamos a una iniciativa que tendrá una vida útil de 20 años.

Los ejecutivos de la empresa minera, Barrick Gold Corporation están muy entusiasmados con el desarrollo de su proyecto binacional Pascua-Lama, el cual está ubicado una parte en San Juan (República Argentina) y otra parte en la Tercera Región de nuestro país. La inversión de US$ 1.500 millones, daría el vamos a una iniciativa que tendrá una vida útil de 20 años.

El proyecto busca explotar las cerca de 17 millones de onzas de oro y 635 millones de onzas de plata para lograr una producción anual promedio, según ha declarado la firma, de aproximadamente 750.000-775.000 onzas de oro y 30 millones de onzas de plata anuales durante los primeros diez años.

Esta iniciativa minera ha sido presentada por el proponente, naturalmente, como un emprendimiento que traerá desarrollo a las Regiones donde se emplazará. Se habla como siempre, de la creación de miles de empleos y de generar importantes "desarrollos sociales y económicos para Chile y Argentina".

¿Por qué entonces habría que oponerse a un proyecto que ofrece tantas bondades? ¿Si los recursos naturales están para ser usados por qué tendría que existir oposición a una inversión que busca darles valor a minerales que, puestos en el subsuelo, carecen de "valor crematístico".

Lamentablemente, como suele suceder con estas mega inversiones, no siempre se informa de las consecuencias que tendrá que sufrir la comunidad como resultado de la operación.

Con el fin de obtener la aprobación de la autoridad ambiental, los inversionistas declaman, a quien quiera oírlos, que se han tomado todas las medidas de prevención posibles, que la tecnología del proyecto es insuperable, que existen ubicuas redes de monitoreo infalibles, en fin, que jamás se esperaría que nada alterase el orden natural, casi como si el proyecto fuera parte del ecosistema. Bien sabemos que esas promesas duran, lo que tarda el proceso productivo en ponerse en funcionamiento, ¿o es que acaso, no está fresca en la memoria de los chilenos el ecocidio perpetrado en el Santuario de la Naturaleza Carlos Andwanter, por una empresa que prometía los mejores estándares ambientales?

Este caso, sin duda, no es diferente. Como hemos visto, la empresa afirma la bondad de su iniciativa. Sin embargo, existen amenazas reales que aconsejan detener la explotación proyectada.

Una de las principales guarda relación con el menoscabo sobre la actividad agrícola. La intervención directa de tres glaciares (Toro 1, Toro 2 y Esperanza), ubicados sobre el área del rajo de la mina, que la empresa removerá, el manejo de sustancias tóxicas de alta peligrosidad como el cianuro de sodio, y el alto riesgo de contaminación de las aguas que conforman la Cuenca del Río Huasco son parte de las “externalidades”, como efumísticamente se denomina a las alteraciones en los ecosistemas, que las comunidades agrícolas debieran soportar como resultado de este cuestionado emprendimiento minero. En este contexto, la producción de frutos diversos, de hortalizas, de pisco, de vino pajarete, como muchos otros productos agropecuarios, generados bajo óptimas clima, suelo y agua, que permiten abastecer mercados de países del norte, aprovechando tempranamente la contra estación, se verán amagados por una actividad incompatible con la vocación del Valle del Huasco.

¿Qué sentido tiene aprobar una actividad, que después de 20 años migrará, dejando a la ciudadanía sin reales alternativas productivas?

La autoridad competente, en su irrenunciable búsqueda del bien común, debiera denegar los permisos ambientales a esta compañía que no representa, tal como las mismas comunidades lo han manifestado, beneficio alguno para ellas ni para el país. Este es un caso clásico de beneficios privados (para la empresa) versus costos sociales (comunidades), donde la perspectiva de la sustentabilidad debe iluminar a quienes tomarán una decisión sobre el futuro de la Región.

Mayores antecedentes:

http://www.miningwatch.ca/Alerta_Minera_resumen.html


1 comentario:

  1. Barrick en toda Sudamérica ha obtenido certificaciones internacionales que dan cuenta de su calidad operativa y nuestro respeto a la seguridad y protección ambiental. Un ejemplo relevante es la Certificación de las Normas ISO 14.001, uno de los estándares más altos a nivel internacional para nuestro sistema de gestión ambiental, así como también la incorporación de la compañía al Índice Mundial Dow Jones de Sustentabilidad, que guía a inversionistas y administradores de capital que consideran la responsabilidad empresarial en la toma de decisiones. Los invitamos a seguir conversando respecto a este proyecto en www.construyendodialogo.com

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