martes, 1 de febrero de 2011

Catástrofe en Rio: capitalismo destruye el medio ambiente y mata a los pobres


Escrito por Helena Sousa - PSTU   
Lunes 31 de Enero de 2011 02:17
El discurso de que los desastres que sucedieron en los últimos años son problemas de la naturaleza, controlada sólo por Dios, de que los fenómenos de la naturaleza no tienen culpables o que los culpables son aquellos que viven en áreas de riesgo, y otras disculpas más, ya comienzan a ser cuestionadas entre la población. 

Nada más correcto, ya que no es desde hoy que varios estudios desarrollados por científicos de varias partes del mundo y de Brasil alertan sobre las consecuencias de la explotación sin límites de los recursos naturales del planeta y, aquellos que deberían tomar decisiones, nuestros gobernantes, no hicieron nada. 

Desde 1972, el más conocido estudio del Club de Roma denominado “Límites del Crecimiento”, ya apuntaba hacia la necesidad de pensar sobre el desarrollo económico de forma seria, considerando los impactos sobre la naturaleza. Como respuesta a esa discusión, se creo el famoso concepto “Desarrollo Sustentable” (1) que, en el sistema en que vivimos, donde los valores son el consumo, la ganancia y el individualismo, sólo puede ser utilizado como marketing y, eso, durante esos casi 40 años.

El desarrollo sustentable no se dio en la práctica y continuó, en el discurso de los grandes líderes mundiales, que todos los años realizan conferencias para resolver los problemas ambientales y, se muestran incapaces de llegar a cualquier acuerdo, pues sus prioridades están relacionadas a medidas que permitan la obtención de altas ganancias. Esas dos cuestiones son incompatibles.

En tanto eso, otros estudios ya nos aportan números relacionados a las consecuencias del desequilibrio provocado por la explotación irresponsable, incontrolable e irracional de los recursos naturales. Lamentablemente esos números muestran pérdidas de vidas humanas y, en su mayoría, la vida de aquellas personas ya condenadas a una situación precaria, marginalizada, que no tienen posibilidad de escoger dónde vivir, qué vestir o qué comer.

Las catástrofes son efectos de los cambios climáticos 

El PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), en un estudio (2) sobre los efectos de los cambios climáticos para Latinoamérica y el Caribe, presentado en la Conferencia de las Naciones Unidas para los Cambios Climáticos en Cancún, México, realizada en el 2010, dice que éstos “se manifiestan en un aumento gradual, pero constante de temperatura, en modificaciones en los patrones de precipitación [de lluvia], elevación del nivel del mar, en la reducción de la criosfera y en la modificación de los patrones de los eventos extremos” y que, aunque el continente contribuya con una pequeña parte de las emisiones de gases de efecto estufa, las consecuencias de las transformaciones climáticas serán significativas. Eso muestra que tanto en el mundo, como al interior de los países la mayor contribución al desequilibrio ambiental viene de los ricos, sin embargo, las mayores consecuencias las sufren los pobres. 

De acuerdo con el mismo estudio, en América Latina y el Caribe, se percibe un aumento reciente en los eventos climáticos extremos, concluyendo que, si se compara con el período de 1970 a 1979, las tempestades ocurridas se multiplicaron por doce y las inundaciones se multiplicaron por cuatro entre el 2000 y el 2009.

El número de personas atacadas por las catástrofes pasó de 5 millones en la década del 70 a 40 millones en la última década. El mapa presentado en el estudio, que indica el estimado de muertes debido al cambio climático, muestra que en el año 2000 los países más vulnerables fueron aquellos localizados al sur del planeta, como ya era de se esperar. 

El estudio también cita las dolencias que, debido a los cambios climáticos, pueden tener su amplitud geográfica aumentada en función del aumento vectorial de la transmisión como fiebre amarilla, dengue y malaria. Comparado con 1970, el mosquito transmisor del dengue y la fiebre amarilla se amplió de una parte pequeña del continente a casi la totalidad en el 2002.

La ONG Oxfam, en un artículo (3) elaborado en noviembre del 2010, con el título “Ahora más que nunca: negociación a favor de quien más necesita”, se refiere a la necesidad de que la Conferencia del Clima realizada en Cancún tomase medidas contra el desequilibrio ambiental, lo que en más de una ocasión no sucedió, presenta también los números del 2009 y 2010 para el mundo.

Primeros nueve meses del 2010/Año 2009 


Fenómenos meteorológicos extremos
Pérdida de vidas humanas
2009
850
10.000
2010 (Ene. a Sep.)
725
21.000
Fuente. Oxfam International 

De acuerdo a Oxfam, “los cambios climáticos son una carga más para aquellos que viven hundidos en la pobreza”, y dice que es difícil afirmar que todos los desastres ocurridos son resultado de los cambios climáticos, sin embargo es lo que los científicos vienen previendo y, además, dicen que serán cada vez más frecuentes y rigurosos. 

Varios estudios anteriores ya alertaban sobre la posibilidad de desastres y sobre la necesidad de tomar previsiones para impedir que la población más expuesta a los riesgos de las catástrofes ambientales sufran las peores consecuencias. Entre ellos están estudios de científicos brasileños como “Economía del Clima” sobre los efectos de los cambios climáticos en el país y “Vulnerabilidad de las Megaciudades Brasileñas” que presenta un estudio sobre la región metropolitana de Sao Paulo. 

Y los cambios climáticos, ¿de dónde vienen? ¿Quiénes son los culpables?

El mismo estudio citado, elaborado por el PNUMA, dice que los responsables por el cambio climático son “el mayor uso de combustibles fósiles, a cambio del uso de uno sólo, la agricultura y la disposición de los residuos sólidos”.

Si nos fijamos en este mayor uso de los combustibles fósiles o esa tal disposición de los residuos sólidos, etc., vamos a encontrar un sistema económico denominado capitalismo. El capitalismo es impulsado por la acumulación, no concibe la posibilidad de una economía planificada, donde las necesidades de la humanidad puedan ser solucionadas y donde todos tengan oportunidad de mejorar su calidad de vida, sin que los recursos naturales sean explotados hasta su extinción o su desequilibrio.

Al contrario, en el capitalismo las inversiones son para las técnicas y tecnologías que permitan que el capital pueda obtener ganancias cada vez mayores y más rápido. Un ejemplo do inversión en el avance tecnológico a favor del capital fue la elaboración y utilización del proceso denominado obsolescencia programada de los productos, que crea necesidades de consumo en la población, reduciendo la vida útil de las mercadorías. Cada año el fabricante disminuye el tiempo óptimo para que el producto deje de funcionar correctamente, obligando a que el consumidor compre otro.

¿Quién aún no percibió que, en las últimas décadas, los productos que compramos como carros, computadoras, celulares, electrodomésticos, etc., disminuyeron su tiempo de utilización? En pocos años acaba su vida útil o caen en desuso, se vuelven anticuados. Y nada puede ser aprovechado, pues no vale la pena, somos obligados a comprar otro.

La aplicación de ese método en la producción, además de presionar al fin de los recursos naturales que componen la materia prima de los productos, también aumenta la extracción de los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón mineral) necesarios para todo el proceso de concepción, realización y distribución de mercancías. Y, por último, genera una cantidad enorme de residuos que contribuye aún más al deterioro del medio ambiente.

Esa es la dinámica del sistema capitalista, el consumo, y centrado en ese engranaje de transformar cada vez más rápidamente los recursos naturales en mercancías y las mercancías en capital concretizando así la ganancia, ya no desarrolla las técnicas y tecnologías en beneficio del bienestar del ser humano y del equilibrio de la naturaleza, pero sí de su aniquilamiento y destrucción y, lo peor, con una velocidad impresionante.

Para el futuro inmediato, o sea, para los próximos 40 años, las previsiones son catastróficas. El estudio citado arriba, realizado por el PNUMA, dice que habrá aumento en la intensidad de los huracanes, sequías en algunas áreas y aumento de las lluvias en otras, olas de calor y un largo etc.

O sea, ya estamos sufriendo las consecuencias y estas tienden a empeorar en el futuro si no se toman providencias, por un lado, en el sentido de proteger a la población pobre que es la más afectada y, por otro, medidas globales en el sentido de disminuir la emisión de gases de efecto estufa que son los responsables por los cambios climáticos.

¿Quién podrá poner en práctica esas medidas que representan concretamente el tan famoso Desarrollo Sustentable?

El capitalismo es incompatible con el desarrollo sustentable

El desarrollo económico y social con condiciones de vida digna para todos, respetando los límites de los recursos naturales y asegurando para aquellos que vendrán después de nosotros, las condiciones necesarias para una vida de calidad, sólo puede ser garantizado por aquellos que, dentro del país y a nivel mundial, sufren con la pérdida de vidas, hambre, falta de agua y de vivienda provocados por las catástrofes ambientales.

En las conferencias internacionales sobre el medio ambiente hemos visto prevalecer los intereses de los detentores del capital, representados por gobiernos como el de Lula/Dilma en Brasil, Correa en Ecuador o Evo Morales en Bolivia. En el discurso, ellos defienden la protección de los recursos naturales, pero en la práctica definen políticas que tienen como objetivo impulsar el modelo económico actual que, para obtener altas ganancias, necesita destruir la naturaleza y, como consecuencia, la vida de la población pobre.

Por lo tanto, si queremos preservarnos, debemos defender también los recursos naturales, que aunque existen para todos, no son tratados por todos de la misma forma y los efectos de su deterioro no incide sobre todos de la misma manera.

Los que defienden el desarrollo sustentable bajo el capitalismo, como dice Luis Vitale (4), ocultan “de forma deliberada o no, que el deterioro es, precisamente, el resultado del tipo de desarrollo que dicen defender”. De esta forma, la esperanza de cambios reales y concretos para modificar esa situación está depositada en la población pobre que es la única que puede cambiar ese sistema económico llamado capitalismo por otro sistema económico que realmente garantice el desarrollo sustentable.

Considerando que los recursos naturales, el ser humano y el desarrollo de la tecnología componen las fuerzas productivas de la sociedad, podemos citar la actualidad de Marx cuando escribe:

Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social(5)

El sistema capitalista no sólo se convirtió en una traba para el desarrollo de las fuerzas productivas, sino que se transformó en su destructor. Nuevas relaciones sociales de producción que garanticen el desarrollo del ser humano y, al mismo tiempo, el respeto a los límites de la naturaleza deben estar basadas en la planificación de la producción, en la igualdad de derechos sociales y en la preocupación de garantizar la calidad de vida para la actual generación, manteniendo los recursos que garantizan calidad de vida, también para las futuras generaciones. 

Una sociedad con estas características dará a la mayoría de la población el poder de tomar las decisiones sobre la producción y el consumo, tomando en consideración sus necesidades y no los beneficios a los dueños del capital.

Una sociedad así sólo puede estar basada en relaciones socialistas de producción y distribución. Sólo puede ser garantizada por un sistema socialista a nivel mundial. 

(1) Desarrollo sustentable es el desarrollo capaz de suplir las necesidades de la generación actual, sin comprometer la capacidad de atender las necesidades de las futuras generaciones.

(2) Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA). Gráficos Vitales del Cambio Climático para América Latina y el Caribe. 2010. Accesible en:http://www.pnuma.org/informacion/comunicados/2010/6Diciembre2010/1cpb35n_i.htm

(3) OXFAM International Media Briefing. Ahora más que nunca: Unas negociaciones a favor de quienes más lo necesitan. Noviembre del 2010. Accesible en. http://www.oxfam.org/es

(4) Luis Vitale - Introducción de Hacia una historia del ambiente en América Latina. Accesible en: http://el-radical-libre.blogspot.com/2010/07/luis-vitale-introduccion-de-hacia-una.html

(5) Karl Marx- Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política, 1859. Accesible en:http://marxists.org/espanol/m-e/1850s/criteconpol.htm

Traducción: Laura Sánchez

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