martes, 26 de agosto de 2008

COSTAS / ESPAÑA



Greenpeace entra por tercera vez en el hotel ilegal de Cabo de Gata

21 plantas y 411 habitaciones a 28 metros del mar

Madrugada del 12 de julio. El Rainbow Warrior en la playa de El Algarrobico. Es noche cerrada. La tripulación y los 30 activistas que están abordo se han levantado ya. Desayunan fuerte y se preparan para embarcar en las zodiacs rumbo a la playa. Van a entrar por tercera vez en el Hotel de el Algarrobico, un símbolo de la especulación, de la desidia de las administraciones, de la lentitud de la Justicia y de la destrucción hasta en los últimos reductos vírgenes de la costa.

Greenpeace lleva tres años aplicándose a fondo para evitar que el hotel de "Azata del Sol", un monstruo de 21 plantas y 411 habitaciones a 28 metros del mar, abre sus puertas. Pero la mole sigue ahí, con el exterior ya terminado. Al las 6 de la mañana están las cinco zodiacs en el agua. Pasadas las seis y media comienza el desembarco. Todavía es de noche y el fuerte oleaje dificulta la llegada a la playa. En tierra les esperan varios compañeros con los 250 kilos de pintura que van a utilizar para pintar la fachada. Tienen que meterse al agua para ayudar a una de las lanchas neumáticas que se ha metido en una zona de fuerte oleaje. Apesar de las dificultades, en un cuarto de hora todos los activistas están en tierra, se han cambiado la ropa mojada y los chalecos por monos blancos de trabajo y comienzan a entrar al hotel con rodillos, botes de pintura, mascarillas y escaleras de mano. Van distribuyéndose en los balcones del hotel. Cinco personas por cada letra. En un par de horas, la palabra ILEGAL comienza a ser legible. Alas 11 de la mañana, está terminada. Mientras tanto el hotel se ha llenado de Guardia Civil, lo que dificulta la subida a los balcones en los que van a empezar a escribir HOTEL. Los activistas son testigos de los avances en la construcción también en el interior.

Parece que de nada ha servido la paralización de las obras dictada por un juzgado de Almría.

La mayor parte de los detalles están ultimados. Baños, jacuzzis, la instalación eléctrica y de aire acondicionado, las cerraduras de tarjeta en las puertas... Parece que de nada ha servido la paralización cautelar de las obras dictada por el juzgado número 2 de Almeria en febrero de 2006, la expropiación de la servidumbre de protección iniciada por el Ministerio de Medio Ambiente ni el derecho de tanteo y retracto al que se ha acogido la Junta de Andalucia para adquirir el terreno del Parque Natural Cabo de Gata-Nijar donde se asienta el hotel. Sobre la una de la tarde, los voluntarios logran comenzar con la segunda parte del graffiti gigante. La palabra Hotel está lista en una hora y los activistas abandonan las instalaciones dejando tras de sí los 1.200 metros cuadrados de pintada. Recuerdan así que los ecologistas no cejarán en su empeño mientras el hotel siga en pie. Cuando comenzaron las obras iba a ser el primero dentro de un complejo residencial integrado por otros siete hoteles, 1.500 viviendas y un campo de golf de 18 hoyos. Hoy, tiene los días contados.

CRONOLOGÍA DE UN HOTEL ILEGAL

2005. Greenpeace mantiene reuniones con los políticos de Almería y las intituciones ambientales autonómicas y estatales implicadas. En octubre, la organización pide formalmente la demolición. En noviembre, Greenpeace denuncia ante la Fiscalía la construcción del hotel mientras treinta activistas paralizan las obras durante tras días reclamando la actuación urgente de las administraciones. Medio Ambiente responde publicando en el BOE el deslinde que ilegaliza la mitad del hotel. En diciembre, Greenpeace y Amigos del Parque Cabo de Gata-Nijar denuncian que la Junta de Andalucia está utilizando unos planos no oficiales del Parque para justificar la legalidad del hotel.

2006. En febrero, Greenpeace realiza un derribo simbólico de parte del hotel y lleva los escombros ante el despacho de Chavez. Poco después, el juzgado número 2 de Almería dicta la paralización cautelar de las obras tras una denuncia interpuesta por Salvemos Mojacar. Greenpeace ha comprobado en varias ocasiones que las obras no se detubieron. En mayo, la Junta de Andalucia anuncia su intención de ejercer el derecho de tanteo y retracto sobre dos fincas de Azata del Sol sobre las que se asienta el hotel para demolerlo.

2007. A finales de julio, Manuel Chavez, recibe Greenpeace tras la pintada del hotel. En agosto se conoce la resolución del Ministerio de Medio Ambiente que declara la necesidad de recuperar los terrenos del hotel que invaden la franja protegida de costas para conservar los ecosistemas litorales. Azata reclama 300 millones de euros como "compensación". 

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