
Bailar para salvar el planeta
El Club Surya podría confundirse con un local más para modernos, de los muchos que hay en el centro de Londres. La clientela es la misma que otros trendy clubs, los sitios a la última donde tomar una copa y bailar un rato. El Surya, sin embargo es más especial.
Se trata, según aseguran sus promotores, de la primera discoteca ecológica del mudo. Abierta desde este verano en Pentoville Road, entre Ángel y Kings Cross, todos sus detalles han sido pensados para aprovechar al máximo la energía y reducir el gasto y los daños al planeta. El negocio funciona con arias tecnologías renovables combinadas, como los paneles solares y una turbina eólica. No hay ninguna bombilla de alto consumo en las instalaciones y un nuevo sistema en las ventanas ayuda a aislar y retener el calor.
Las estanterías de madera del bar, como los sofás y las mesas, han sido construidos con materiales reciclados y en los cuartos de baño, el agua para aseguar la limpieza perfecta de los vetares procede de la lluvia. La decoración de las paredes, tirando a psicodélica, es un montaje con tarjetas postales, cajas de cerillas, viejos CD y periódicos.
Pero lo más revolucionario de este local londinense son los propios clientes. El local tiene un sistema para aprovechar la energía de los que están bailando y crear así electricidad. Debajo de las tablas de madera de la pista de baile, hay un entramado de cristales que se comprimen cuando la gente se mueve y salta sobre ellas, generando una corriente eléctrica que sirve para alimentar todo el alumbrado y el aire acondicionado. La idea es regalar la energía sobrante al vecindario, como un gesto de buena voluntad. En la carta de bebidas hay, por supuesto, vinos y cervezas biológicas, debidamente enfriadas un unos frigoríficos que funcionan con energía solar. Las consumiciones son servidas en vasos de material reciclable y a un precio similar al de cualquier discoteca de la zona. La música tampoco es muy diferente, con temas comerciales y algunos ritmos suaves de funky.
Lo que choca en cambio son las imágenes proyectadas en las pantallas gigantes de plasma, mostrando desolación, pobreza y deforestación alrededor del mundo.
El mensaje está lleno de buenas intenciones, pero ligar o divertirse en medio de tanta miseria, quizás resulte un poco traumático. Los que aterricen por allí sin saber de qué va la cosa y sin otra idea que pasar el rato, pueden encontrar el montaje un tanto deprimente. Los dueños del Surya irán tanteando el terreno y seguramente introducirán cambios sobre la marcha, según vaya reaccionando la clientela.
De momento la entrada es gratis para todo el que llegue a la discoteca a pie o en transporte público. El experimento puede fracasar o quedar en nada, pero es un síntoma de que la conciencia ecológica ha empezado a penetrar incluso en los ambientes considerados como frívolos. ¿Quién iba a pensar hasta hace muy poco que los londinenses empezarían a reciclar las basuras, cambiar las bombillas de sus casas o renunciar al consumo de bolsas de plástico? Pero están en ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario