Diversas actividades industriales pueden cambiar la temperatura del entorno y provocar importantes daños ecológicos
Alterar uno o dos grados la temperatura de un ecosistema vulnerable puede hacer tanto daño como el vertido de un residuo tóxico. La contaminación térmica se produce por diversas actividades industriales, como las centrales térmicas o nucleares, o la transformación artificial de un entorno. La desaparición de diversas especies animales y vegetales sensibles, la llegada de especies invasoras, la degradación del agua o el cambio climático son algunas de sus consecuencias. Los consumidores son importantes para evitar este tipo de polución.
Contaminación térmica: qué es y cómo afecta al medio ambiente
La contaminación térmica se produce cuando la temperatura ambiente cambia por alguna actividad humana. Las centrales termoeléctricas o lasnucleares, dos de los sistemas de generación de energía más comunes de la actualidad, se encuentran entre sus principales causantes.
En estas instalaciones, el combustible se transforma en calor para producir energía. La baja eficiencia del sistema se traduce en la expulsión al exterior de grandes cantidades de calor. Para enfriarlo, se utilizan volúmenes importantes de agua, y por ello, este tipo de centrales se ubican en lugares costeros o cercanos a lagos o grandes ríos. En 1988, la central nuclear de la bahía Nanwan, en Taiwán, dañó los arrecifes de coralde la zona a causa de la falta de control de sus salidas de calor.
La alteración de uno o dos grados centígrados puede provocar un elevado impacto ambiental
En los ecosistemas acuáticos, la alteración de uno o dos grados centígrados puede provocar un elevado impacto ambiental. Los animales de sangre fría, como los peces o los anfibios, son muy sensibles a las variaciones térmicas. El aumento de la temperatura del agua puede afectar a su sistema reproductivo. La actividad bacteriana y de parásitos se estimula y favorece la aparición de enfermedades.
El calor acelera la actividad metabólica. Los organismos afectados consumen más alimentos en menos tiempo y reducen los recursos del entorno, con la consecuente disminución de las poblaciones. Otro posible efecto negativo es la eutrofización del agua, un proceso que favorece el crecimiento rápido de algas y otras plantas verdes que enturbian el agua.
Una mayor temperatura provoca también migraciones animales. Los seres vivos que no aguantan los nuevos cambios tratan de huir a otros lugares más templados. Por su parte, seres de otros lugares más cálidos viajan al nuevo hábitat gracias a sus nuevas y favorables condiciones, con los efectos negativos de las invasiones de especies. La situación deriva en una pérdida de biodiversidad.
La transformación de los ecosistemas es otro de los grandes causantes de contaminación térmica. La eliminación de la vegetación de las orillas de los lagos y ríos deja sin sombra a unas aguas cuya temperatura puede ascender varios grados. La destrucción de arbolado y baja vegetación en zonas limítrofes contribuye a la erosión del suelo y el enturbiamiento de las aguas.
La transformación de los ecosistemas es otro de los grandes causantes de contaminación térmica
El agua es el medio que más sufre esta amenaza, pero el aire no se encuentra a salvo. Las concentraciones urbanas generan un efecto, conocido como "islas de calor": las grandes ciudades registran temperaturas mayores que sus vecinos de las zonas colindantes. Otro efecto de la actividad industrial, la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, también provoca el aumento de las temperaturas globales, y con ello, un cambio climático.
La contaminación térmica también se produce cuando se genera el enfriamiento del entorno. Algunas plantas de regasificación de gas natural utilizan grandes cantidades de agua marina que devuelven más fría.
Medidas para combatir la contaminación térmica
El fenómeno de la contaminación térmica se ha estudiado desde los años 70 del siglo pasado. Los consumidores son importantes en la reducción de esta contaminación. Su conciencia ecológica puede pesar en las instituciones, de manera que apliquen normativas medioambientales más rigurosas que contemplen medidas contra los escapes de calor.
Por otra parte, los ciudadanos también pueden presionar sobre las empresas para que asuman medidas de control y reducción de dicha polución. La utilización de torres de evaporación en las centrales eléctricas disminuye en parte la temperatura. Asimismo, se utilizan diversos controles para evitar un excesivo aumento del calor en el exterior. Las centrales nucleares deben cesar su actividad de manera temporal si no pueden rebajar su temperatura de salida a unos límites establecidos.
El apoyo de tecnologías más limpias es otra vía en la que los consumidores pueden ser importantes. El aumento de la eficiencia en las instalaciones industriales ha supuesto la reducción de derroche de la energía en forma de calor. Las denominadas plantas de cogeneración aprovechan el exceso de calor para otros procesos productivos. La sustitución de la energía procedente de centrales de combustible fósil o atómico por otra de origen renovable, como la eólica o la solar, contribuyen a reducir este tipo de contaminación.
En los hogares, los consumidores pueden reducir el uso de la energía. De esta manera, además de ahorrar dinero, reducirán el impacto de la contaminación térmica. Asimismo, los consumidores también pueden apostar por sistemas de vida más ecológicos que disminuyan la destrucción de los ecosistemas.
Fuente: http://www.consumer.es/web/
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