miércoles, 8 de diciembre de 2010

Cancún: conferencia de éxito incierto

Por Pierre-Francois Besson, Cancún, 
07 de diciembre de 2010 - 15:42

Las negociaciones sobre el clima han entrado a su semana crucial en la ciudad turística mexicana. Será muy difícil de alcanzar un acuerdo que no sólo sea simbólico, juzga Franz Perrez, jefe de la delegación suiza en Cancún.

Un ángulo de la cumbre de Cancún.
(Keystone)
Paraíso del Caribe mexicano, sol, decenas de hoteles, gigantescos y lujosos, que con los años han surgido como hongos en las playas, comiendo el mar, en medio de un proceso de erosión en la zona. ¿Una aberración ecológica?

Es, en todo caso, el aviso de numerosos comentaristas de la prensa internacional presentes aquí, que no dejan de lado el hecho de indicar la idea de organizar una conferencia sobre el futuro del clima en un lugar que no tiene mucho de desarrollo sostenible.

Dispersados en un franja kilométrica, la mayoría de los 15.000 participantes de esta Cop16 multiplican los trayectos en sus autos para llegar a las dos sedes principales de la conferencia. Se trata de la ultramoderna Cancún Messe, dónde ONG, academias y empresas tienen sus mostradores y realizan sus discusiones; y el Moon Palace, un complejo hotelero con golf, balneario terapéutico y caballos que pueden transportar al turista en carroza por la costera cuando así lo desee.

Aquí los negociadores de 190 países, la mayoría en camisa para respetar el código de vestimenta relajado querido por México, buscan encontrarse entre las pequeñas y grandes interrogantes que tal vez les unan un día.

Pero aquí, contrariamente a la gran cumbre danesa de diciembre de 2009, la tensión inducida por el reto no se impone directamente al observador. ¿A causa del sol?¿Las expectativas de esta conferencia son modesta tras la decepción de Copenhague? Una calma aparente prevalece en esta costa, pese a la presencia de los navieros de guerra mexicanos que montan guardia en sus aguas, mientras que las fuerzas del orden hacen lo propio a lo largo de la ruta costera que une los puntos estratégicos de la región.

Probabilidad de fracaso

El lunes, un buitre sobrevolaba el Moon Palace. Las almas supersticiosas lo ignoraron cuando iniciaba la segunda semana crucial para las negociaciones, con la entrada formal en juego de los ministros del medio ambiente desde el miércoles.

Presente en Cancún, Patrick Hofstetter del Fondo Mundial para la Naturaleza (WFF) juzga que “la probabilidad de fracaso es del mismo orden que en Copenhague, y todos se preguntan en qué terminará este encuentro”.

El especialista se congratula de la inclinación mexicana de hacer esta cumbre, que implica a todas las partes y apuesta por la transparencia en lugar de las negociaciones discretas. Pero si bien este modo es apreciado, los países que se sienten de lado podrían, como en Copenhague, rechazar en bloque las propuestas.

De acuerdo a Hofstetter, dos tercios de las ONG en las negociaciones esperan un “éxito moderado” en Cancún. Las organizaciones civiles esperan decisiones sobre temas como deforestación , el financiamiento para los países en desarrollo, la adaptación a los cambios climáticos y la consecución del proceso de negociaciones en Sudáfrica, el año próximo.

Obstáculos

Los problemas son numerosos. El jefe de la delegación suiza de las negociaciones, Franz Perrez evoca una “situación muy difícil” ante desacuerdos sustanciales y ante los procedimientos de las negociaciones. A su juicio, sería complicado lograr más allá de un acuerdo simbólico.

En cuanto al proceso, los países se muestran divididos sobre el texto propuesto y sobre la forma de negociar.

Los frenos más importantes sobre el contenido conciernen a la atenuación (reducción de emisiones de gas de efecto invernadero). Muchos países en desarrollo rechazan todo progreso si los 37 países implicados jurídicamente por el Protocolo de Kioto no aceptan un segundo periodo de compromisos tras 2012, explica Franz Perrez.

Kioto bloqueado en Cancún

Pero este segundo periodo no puede ser decidió en Cancún, opina, pues es necesario clarificar las reglas para poder medir los compromisos solicitados. De acuerdo a la mayoría de los países implicado en el Acuerdo de Kioto, es necesario que los países en desarrollo que emiten grandes cantidades de contaminación (CO2), como China e India, se muestren también dispuestos a asumir compromisos en el mismo sentido.

“Un segundo periodo de Kioto no puede resolver el problema puesto que los países implicados representan menos del 25% de las emisiones”, argumenta Franz Perrez. Un segundo freno se encuentra en el objetivo de limitar el incremento de la temperatura a menos de 2 grados, un límite demasiado elevado para los países insulares, que lo rechazan categóricamente.

Ciertos expedientes muestran progreso. Es el caso del relativo a los bosques. “Cuestiones importantes están casi resueltas, gracias también a la posición fuerte y comprometida de Suiza”, indica Perrez y agrega que se requieren decisiones políticas en ciertos puntos, pero que espera que este asunte llegue a buen término.

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