El Mercurio.09.12.10.
En nuestro mar austral los científicos descubren criaturas únicas, antepasados de muchas y diferentes especies de todo el mundo.
Algo tremendo ocurre frente a la península de Taitao, a 46° de latitud sur, cerca de la costa (Región de Aysén). Se topetean tres placas tectónicas: la de Nazca y la Sudamericana, viejas conocidas, pero se mete, debajo de la de Nazca, la placa Antártica.
Es la triple unión de Chile, única en el mundo.
El doctor Chris German, británico, científico senior de dos departamentos (Geología, Geofísica y de Estudios a gran profundidad) trabaja en Massachusetts, en el Woods Hole Oceanographic Institution. Vino al congreso oceanográfico que organizó la Universidad de Concepción.
En su conferencia aseguró que la junta triple de Chile es un laboratorio natural clave para la geología y la biología. "Es el único lugar en toda la Tierra donde todos los ecosistemas conocidos de síntesis química pueden coexistir", dice el investigador.
Eso quiere decir que hay cinco ambientes donde se dan diferentes tipos de organismos que viven de elementos y sales distintas.
Ocurre que desde la triple unión surgen chorros de agua caliente, llamadas chimeneas. La química de estas chimeneas -separadas unos cinco kilómetros una de las otras- constituye esos cinco hábitats diferentes.
Por eso, dice el doctor German, las especies que viven en una chimenea podrían mutar y trasladarse a la otra vecina, multiplicando así la biodiversidad.
Los camarones de Maine, ejemplifica, son distintos a los de Ecuador, pero podrían provenir ambos de uno anterior a ellos en la evolución, uno que se encontraba en el Pacífico Sur y que se desarrolló en la triple juntura de Chile.
Mucho por inventariar
Un joven biólogo alemán, Günther Försterra, se vino con su mujer, bióloga también, a estudiar los fiordos australes Comau y Reñihué. Trabajan en la Fundación Huinay. "Los fiordos australes son los más extensos del mundo", dice.
La costa de los fiordos chilenos es tan caprichosa que mide más de 80 mil kilómetros, dos vueltas al mundo. Esas radas son riquísimas en biodiversidad, hay especies endémicas que sólo viven en un solo fiordo, distintas a toda otra especie. Urge establecer aquí parques marinos que el Estado proteja de toda explotación.
Él y su mujer están felices en la región más desconocida del planeta. No es un paraíso, muchos de sus colegas prefieren estudiar las aguas templadas tropicales, algunos no tolerarían la lluvia incesante. Pero él les pide que vengan: falta mucho por inventariar.
De las áreas marinas más indispensables de investigar en el mundo, dice el doctor Chris German, hay que concentrarse en el Pacífico Sur, el mayor ecosistema del mundo, y el menos estudiado.
Y de los seis lugares a los cuales apunta la comunidad oceanográfica internacional (Ártico, dos lugares en la cadena montañosa del Atlántico Sur Central, la cadena al sur de África, la cadena al oeste de India), la zona de la triple unión de Chile es el área que, según German, debería ocupar la primera prioridad. Mucho es lo que oculta aún.
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