miércoles, 22 de diciembre de 2010

El invierno desnuda al régimen y a la rapiña capitalista. Los más contaminadores compran "derecho a contaminar"...

Paises capitalistas-enriquecidos ya convirtieron en mercado las emisiones de CO2: ahora los mas contaminadores le comprarán derecho a contaminar a los países empobrecidos, (...) países-basureros.

anncol.eu | Para Kaos en la Red | miercoles 22.12.2010 a las 00:32 | 

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Denunciamos, en su momento, desde está trinchera todos los efectos de la represa de Urrá, en Colombia. En ese momento, se nos trató de retrógrados por movilizar la opinión pública "contra el progreso". "Progreso" para los capitalistas, es la reproducción multiplicada por mil de sus inversiones, esa racionalidad económica significa tragedia para otros, como por ejemplo para los campesinos y pescadores del rio Sinú. Esta tragedia es mucho más evidente cuando la naturaleza muestra su rabia ante tanta depredación capitalista.
El capitalismo es el acabose para la tierra, y viendo la rabia del rio Sinú en el periodo invernal, no dejamos de asustarnos ante la bravura de sus aguas, que nos recuerdan que el fracaso de Kioto, el fracaso de Copenhague y el ahora nuevo fracaso de Cancún, nos impone un desafío enorme; la causa ecológica es hoy por hoy la más revolucionaria de todas las causas, ya que es una manifestación de la lucha de clases.
Los países capitalistas-enriquecidos ya convirtieron en mercado, las emisiones de CO2, ahora los más contaminadores, le comprarán derecho a contaminar a los países empobrecidos, que con menos industrias contaminan menos, y lo que es peor, los convierte en países-basureros de las grandes potencia. Ese es el desarrollo como lo entienden los capitalistas.
Los capitalistas no tienen oídos para escuchar el relato que un día nos hizo un campesino a orillas del rio Sinú. En ese momento, el hombre nos contaba como la hembra del bocachicho emprendía su viaje en contracorriente para depositar sus huevos en las madreselvas formadas por el rio, en su ciclo eterno de verano e invierno. El verano para sembrar y el invierno para pescar. 1200 especies de pescados han desaparecido, y toda esta cadena alimenticia, tenía a la mujer, como protagonista primera después de que los hombres pescaban. La dimensión sociológica de este ciclo en torno al rio Sinú, es extensa para contarla aquí, sólo nos resta decir que este modelo depredador capitalista-criollo produjo genocidio social con la construcción de la represa. A nuestros lectores les dejamos el siguiente texto, escrito en 2000 por el Movimiento Mundial por los bosques tropicales.
“El megaproyecto de la represa Urrá sobre el Río Sinú, en el Departamento de Córdoba, situado en la región atlántica de Colombia, constituye una catástrofe ambiental así como un desastre completo para la población local. La represa, construída por la empresa Urrá y apoyada abiertamente por el gobierno colombiano --que considera al proyecto vital para la economía del país-- inundará más de 7.000 hectáreas de bosques y afectará directamente los medios de vida y la propia existencia del pueblo indígena Embera Katío y de las comunidades de pescadores del área.
La historia de Urrá es larga y dolorosa. El proyecto ha generado preocupación y resistencia desde su inicio en el año 1977. Los Embera Katío, moradores ancestrales de la zona afectada, que viven de la caza y de la pesca, y las comunidades de pescadores del Alto Sinú, apoyados por organizaciones nacionales e internacionales, se han pronunciado reiteradamente en contra de este megaproyecto y han recurrido a todas las vías pacíficas posibles, entre las cuales juicios en los tribunales, entrevistas con autoridades, ocupación de edificios ministeriales y resistencia a abandonar sus tierras. Sin embargo, tanto Urrá como el Ministerio de Medio Ambiente los han ignorado, al igual que a varias resoluciones de la Alta Corte Constitucional de Colombia. Los trabajos siguieron adelante y en noviembre de 1999 comenzó el llenado del reservorio de la represa Urrá 1 sobre el Río Sinú.
Mientras tanto Urrá también ha procurado generar discordia entre los Embera Katío para debilitar su resistencia, mediante la celebración de acuerdos parciales con algunos de los grupos en detrimento del resto. Durante esta lucha desigual, los Embera Katío y los pescadores, así como muchos de quienes los han apoyado, han sido objeto de graves violaciones de los derechos humanos. Ha habido personas muertas, amenazadas y forzadas al exilio. El Departamento de Córdoba, donde se levanta la represa, está controlado por grupos paramilitares.
Una misión internacional de observadores independientes que visitó el área del conflicto en marzo de 2000 confirmó los impactos ambientales y sociales del proyecto. Aguas abajo de la represa el nivel del río ya ha descendido drásticamente, lo que ha provocado el colapso de las márgenes y la inminente destrucción de las viviendas de los pobladores de la zona. La población del pez "bocachico" --que constituye la más importante fuente proteica de los Embera Katío y el producto básico de la economía de los pescadores locales-- ha descendido notoriamente debido a la rápida desecación de los humedales de Góngora Grande de Lorica y de otros humedales del Alto Sinú provocada por la reducción de los flujos naturales del río tras la construcción de la represa. El reservorio fue rellenado sin remover previamente la biomasa existente, lo que determinará la eutrofización de las aguas y el aumento de las emisiones de metano y dióxido de carbono, los más importantes gases de efecto invernadero. En varios lugares próximos a la represa se está cortando y quemando el bosque, lo que promueve todavía más el proceso de sedimentación en el reservorio.
La pérdida de sus tierras por parte de los Embera Katío es total. Por otra parte, los que viven aguas arriba no tienen cómo evitar la inundación de sus campos, casas, sitios sagrados y cementerios. Los efectos son también evidentes aguas abajo. Debido a la alteración del sistema hídrico, el flujo natural ha mermado y la calidad del agua se ha deteriorado, afectando de ese modo la red trófica. Se temen ulteriores impactos en el plankton, la vegetación riparia, invertebrados, pájaros y otros animales. El río Sinú se está muriendo.
¿Qué habrá de suceder con los pueblos indígenas y los pescadores desplazados de su mundo en contacto con la naturaleza? Sin tierra ni recursos y privados de su propia cultura se verán forzados a instalarse en los cinturones de miseria existentes en las principales ciudades del país. "Dueda tu beu ea embera neta Embera ea"  ("La vida y la dignidad de los Embera Katío no serán sofocadas") es el lema de una lucha que continúa para evitar un futuro tan terrible”.
En medio de este invierno terrible que ensombrece la navidad para millones de compatriotas, hace que la salida política al conflicto se ponga al orden del día, para no sumar más tragedias a los millones de colombianos que están por la paz con justicia social, pero sobre todo con democracia.
El régimen, y su clase oligárquica queda al desnudo con esta catástrofe invernal, porque muestra que es ineficaz en planeación y en visión de país. Su estrategia es sólo mantener su poderío y acrecentar sus riquezas.
El país carece de infraestructuras, toda la plata se la han robado, sin invertir al país en infraestructuras, el invierto se lleva como castillos de naipe, a esos puentes construidos por los sucesivos gobiernos, donde por cada bulto de cemento se echaron seis bultos de arena. No otra cosa explica, como un puente en Colombia cuesta 100 veces más que en Europa y se cae en el primer aguacero. Barrios miserables, construidos en laderas sin ninguna planificación, pero con mucho ingenio que nace de la pobreza y de la necesidad de la gente por tener un hogar decente y digno.
Ahora la oligarquía pretende que con un Teletón, se resuelven los problemas de los damnificados. Mentira pura, Chucky Santos aprovechará para tomarse la foto con un negrito en los brazos y subir en las encuestas.
Las medidas paliativas, coyunturales, llenas de una supuesta sensibilidad social, no son más que la búsqueda de legitimidad ante la tragedia del pueblo trabajador. Son palabras más, palabras menos, una burla a nuestra tragedia nacional.
El país está en el derrumbe social, los asesores presidenciales ya preparan el culebrón para decirnos que gracias a la ola invernal y a la insurgencia, la economía se está hundiendo, la inflación se está disparando, los impuestos se están aumentando, cosechas pérdidas, mas desplazados, más desempleados, y ellos más ricos echando barriga con la tragedia del pueblo.
La lucha por la Nueva Colombia se impone, el pueblo debe exigir:
Casas decentes y dignas gratuitas para todos los damnificados del invierno.
Puentes y carreteras que no se caigan ante el primer aguacero.
Respeto a las comunidades indígenas, campesinas y afro descendientes afectadas por los grandes mega proyectos.
Inversión social y reforma agraria para los campesinos.
Educación y salud gratuita para todos los colombianos, especialmente para todos los damnificados del invierno.
La oligarquía colombiana y su régimen mafioso están sembrando tragedias y cosecharán resistencia social. El desespero social del 80% de la población colombiana contrasta con los gestos sensibleros y caritativos de la oligarquía vende patria. Viva la lucha por la Nueva Colombia.
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