miércoles, 9 de febrero de 2011

Parques naturales en potencia

Cataluña dispone, a día de hoy, de 13 parques naturales, además de un parque nacional y otros espacios naturales de protección especial. Pero eso no quiere decir que no haya otros lugares que podrían merecer esta categoría, como la sierra del Montsec, en el Prepirineo, y las cabeceras de los ríos Ter y Freser, en el Pirineo más oriental. Precisamente, el pasado mes de diciembre la Institució Catalana d'Història Natural (ICHN) organizó en Àger (la Noguera) y Ripoll dos seminarios donde casi un centenar de expertos debatieron sobre el futuro de estos magníficos espacios naturales.
ENVIADO POR: SOSTENIBLE.CAT - XAVIER BASORA, 08/02/2011, 11:39 H | 
UNOS PARQUES RECLAMADOS HACE TIEMPO 

Tanto la sierra del Montsec como las cabeceras del Ter y del Freser son espacios que ya disponen de un cierto nivel de protección dado que ambos forman parte del Plan de Espacios de Interés Natural (PEIN) y están incluidos en la red europea Natura 2000. Sin embargo, los expertos reunidos en Àger y Ripoll consideraron que este grado de protección es insuficiente y que una buena figura para los dos espacios sería la de parque natural, en tanto que conlleva mayor protección, una gestión más intensa sobre el territorio y una mayor dotación de recursos técnicos y económicos para conservar el patrimonio natural y contribuir al desarrollo socioeconómico de estos territorios.

Josep Germain, geógrafo, socio de la ICHN y experto en conservación de la naturaleza, considera que hay que "insistir en la necesidad de mejorar el grado de protección y de gestión de estos espacios, ya que conjuntamente con las Montañas de Prades, son los tres parques perdidos de Cataluña. Se trata de espacios naturales de alto valor que desde hace tiempo se dice que habrá que declarar como parque natural incluso con acuerdos del Parlamento de Cataluña en esta dirección, pero que siguen sin disponer del modelo de gestión activa que necesitan " .

De hecho, en el caso de las cabeceras del Ter y del Freser, el propio PEIN ya proponía en 1992 que el espacio se declarara parque nacional. En una línea similar, el proceso participativo de la montaña de San Miguel (Setcases), llevado a cabo en mayo del año pasado y promovido por el Departament de Medi Ambient i Habitatge (DMAH) y la Dirección General de Participación Ciudadana, recogió la propuesta de convertir el espacio en parque natural. En cuanto al Montsec, el DMAH presentó en julio pasado los estudios de base para la futura declaración de este espacio como parque natural. Esta declaración, sin embargo, no figuraba en el programa electoral de Convergència i Unió para las últimas elecciones, por lo que se puede entender que no es una prioridad del nuevo gobierno de la Generalitat.

El Montsec: geología, paisajes y cielos oscuros 
Los seminarios sirvieron también para aportar datos y conocimientos sobre los valores naturales de ambos espacios. En el caso del Montsec (ver aquí algunas ponencias ), se destacaron, entre otros, los numerosos elementos de interés geológico, la elevada diversidad de la fauna y la flora y el alto número de especies protegidas que acoge, la extrema variedad paisajística (desfiladeros, ríos, acantilados, espacios agrarios, patrimonio cultural, etc.) y el interés de la zona para la observación astronómica, al ser el lugar de Cataluña con un cielo nocturno más oscuro. A todo esto hay que añadir una ubicación muy singular, debido a que es la sierra prepirenaica situada más al sur y uno de los límites más claros entre las especies de distribución mediterránea y europea.

Los asistentes reconocieron que desde las administraciones se está trabajando bien en la promoción social y económica del Montsec (dos ejemplos exitosos serían el Parque Astronómico o la creación de rutas ornitológicas), si bien advirtieron de que no se está prestando tanta atención al aspecto ecológico, imprescindible para alcanzar un modelo realmente sostenible.

A diferencia de las cabeceras del Ter y del Freser, las amenazas que afectan a los sistemas naturales del Montsec parece que no son muy relevantes, según los expertos. Sin embargo, se remarcó que había que hacer especial atención a los cambios que pueden perjudicar la ganadería y la agricultura, el estorbo que determinados usos públicos pueden ocasionar en los componentes del medio natural más sensibles y el incremento de contaminación luminosa, entre otros.

Cabeceras del Ter y del Freser: un paraíso para la flora 
El seminario sobre las cabeceras del Ter y el Freser, coorganizado por la ICHN y el GEDENA-Ripollès, puso de manifiesto la extraordinaria riqueza florística de este espacio. Según el Banco de datos de biodiversidad de Cataluña, de las diez cuadrículas con más diversidad de especies del país, dos abarcan las cabeceras del Ter y del Freser. En cuanto a la fauna, destacan especies singulares y amenazadas o en el límite de su distribución como el urogallo, la perdiz blanca o el búho pirenaico. Y a eso hay que añadir la presencia de lugares y paisajes emblemáticos como el santuario de Núria, el pico del Puigmal y Ull de Ter (ver aquí las ponencias sobre los valores y los usos de estos lugares).

Los expertos alertaron que el espacio se ha visto afectado en los últimos años por diversas infraestructuras e instalaciones. Entre estas hay dos estaciones de esquí (Núria y Vallter 2000), situadas en el corazón de cada cabecera, que han dañado algunas zonas sensibles, especialmente en el lado de Ull de Ter, y que han potenciado el acceso de una gran cantidad de visitantes. Si bien las visitas -bien ordenadas- son deseables, se citaron ejemplos de usos recreativos que han generado un elevado impacto, como el acceso motorizado campo a través.

 Además de reclamar que el espacio se convirtiera en parque natural, los participantes constataron que había que ampliar los límites de la zona actualmente protegida para incluir la zona hoy excluida de Ull de Ter y varias zonas bajas y fondos de valle, además de garantizar una mejor conectividad con espacios naturales vecinos, incluidos los de la vertiente norte, ya dentro de Francia.

Una oportunidad en lugar de un problema 
Los expertos dibujaron las grandes líneas maestras que deberían guiar la gestión de estos dos espacios en el futuro. Algunos objetivos eran específicos, como la mejora de la gestión forestal, en el caso de las cabeceras del Ter y del Freser, para preservar de manera efectiva los bosques protectores y los pocos bosques maduros que quedan. Pero había objetivos coincidentes, como la necesidad de difundir entre la población local y la visitante los valores y los beneficios que generan estos espacios para que se vean como un motivo de orgullo y como una oportunidad de presente y de futuro.

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