lunes, 25 de abril de 2011

Las cinco fallas geológicas más importantes que Chile debe tener en cuenta


El Mercurio. 20.04.11.
Actualmente se discute si esta información podría ser incorporada en la norma de construcción antisísmica, que está en revisión tras el terremoto del 27 de febrero.
fallas_geologicasGabriela Bade
Aunque no hay acuerdo unánime al respecto, un equipo de geólogos de la Universidad Católica plantea que la conocida como la réplica más fuerte del terremoto del 27-F, no fue réplica. Lo que habría ocurrido el 11 de marzo del año pasado fue un nuevo terremoto magnitud 6,9, producto de la activación de la falla de Pichilemu.
¿Qué es una falla? Es una "fractura de la corteza terrestre con un movimiento relativo de los bloques a ambos lados de la fractura", explica el geólogo y profesor de la UC José Cembrano.
En Chile tenemos varias, en torno a la decena. "Las que son más complicadas son las que tienen actividad sísmica confirmada en las últimas decenas de miles años. Una falla más joven de 10 mil años, es una falla activa. Y esa información es importante porque no es lo mismo construir sobre una falla activa una planta nuclear que una casa", sigue el geólogo.
Investigadores de distintas universidades chilenas están estudiando en profundidad estas fallas, pero ya hay consenso en que cinco de ellas son las que el país más debe tener en cuenta. Especialmente al considerar la vulnerabilidad de los sectores comprendidos por ellas.
"Para construir HidroAysén, por ejemplo, deberían considerar esta información, pues esta central hidroeléctrica está planificada para ser construida al sur de la falla Liquiñe-Ofqui (que va entre la Novena y la Undécima Región) y podrían hacer el tendido sobre la falla. Y varias de las centrales hidroeléctricas del país están en las cercanías de esta falla", plantea Cembrano.
Él cree que es perentorio tener una política de ordenamiento territorial que considere esta información.
De hecho, la actual norma de diseño sísmico (para la construcción de edificios) no considera las fallas. Pero tras la profunda revisión de esta norma que se inició desde el terremoto del 27-F, Cembrano es de la opinión de incluirla en la próxima versión de esta regulación.
Las siguientes son las fallas, de norte a sur, y sus características.
Atacama : se extiende, con una orientación norte-sur, por cerca de mil kilómetros entre Iquique y La Serena. Está activa desde hace más de 100 millones años. Tiene una tasa de desplazamiento mínimo de 0,01 milímetros por año en el segmento Salar del Carmen, de unos 38 km de longitud, cerca de Antofagasta. "Según Gabriel González, de la UC del Norte, la falla podría generar un terremoto magnitud 7 cada 5 mil años, aproximadamente", explica Cembrano.
San Ramón : corre al pie de la precordillera frente a Santiago por alrededor de 30 kilómetros. "Podría estar activa en la actualidad, pero no hay evidencia concluyente de sismicidad activa. Según algunos autores (Rolando Armijo, Gabriel Vargas, Rodrigo Rauld), tiene potencial de producir un terremoto de magnitud entre 6,9 y 7,4 con una recurrencia de entre 2.500 años a 10 mil años".
Pichilemu : pasa por algunas decenas de kilómetros en las cercanías de Pichilemu. Desde el 27-F ha tenido mucha actividad, especialmente el 11 de marzo de 2010, cuando se registró el movimiento de 6,9, "a menos de 10 km de profundidad". "Corresponde a una falla de larga vida (millones de años) cuya actividad no había sido detectada con anterioridad".
Liquiñe-Ofqui: se extiende a lo largo de la cordillera de los Andes por unos 1.200 kilómetros en sentido norte-sur. "Está activa al menos durante los últimos 6 millones de años. Presenta sismicidad activa, ha producido sismos de hasta 6,2 a menos de 8 km de profundidad, como ocurrió en el fiordo de Aysén en 2007. La sismicidad cortical de 2007 documenta una estrecha vinculación y retroalimentación entre ruptura tectónica y transporte de magma", asegura el geólogo.
Magallanes-Fagnano : tiene 800 km y marca el límite entre las placas Sudamericana y de Scotia, en la región austral de Chile. Se mueve a una velocidad de 7 milímetros por año y registra una actividad sísmica importante, destacando el terremoto de 1949, con una magnitud aproximada de 7,8.
Universidades vigilantes
Las fallas están actualmente bajo la mirada de distintos grupos académicos. En Atacama trabajan científicos de la U. Católica del Norte. En la falla de San Ramón y de Pichilemu lo hacen académicos de la U. de Chile. En Liquiñe-Ofqui laboran los geólogos de la UC.


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