Cultivo de soya en México es gracias a la complicidad de las instituciones encargadas de la política agropecuaria y medioambiental: Red Manglar Internacional / Expansión de semillas genéticamente modificadas significaría desastre ecológico, subraya
CAMPECHE, Cam..- “La transnacional Monsanto ya vio en la península de Yucatán uno de los últimos reductos a contaminar con su soya y maíz transgénicos y es casi seguro que los políticos corruptos en cualquier momento consentirán su expansión, lo que podría significar un desastre ecológico para las últimas reservas ecológicas de Mesoamérica”, declaró el representante en México de Red Manglar Internacional, Marco Antonio Rodríguez Vadillo.
El ecologista declaró que el cultivo de soya no llegó por casualidad a Campeche, sino que fue traída gracias a la complicidad y corrupción que prevalece en las instituciones encargadas de aplicar la política agropecuaria y en materia medioambiental.
Consideró que para que la agricultura intensiva en los municipios del Camino Real y Chenes, se había programado la siembra intensiva de más de 30 mil hectáreas de granos, sobre todo de soya, en una zona donde desde siempre se ha practicado una agricultura casi orgánica, con muy poco uso de fungicidas y pesticidas.
Declaró que desde luego ni las autoridades locales ni las federales conocían lo que estaba ocurriendo en el municipio de Hopelchén, donde actualmente se siembra soya transgénica, pero dejaron que las cosas avanzaran, ya que seguramente alguien muy poderoso se está llenando la bolsa de dinero mediante el envenenamiento de la tierra, agua y aire con pesticidas como el glifosato.
“Los cultivos transgénicos son peligrosos en muchos sentidos: para el medio ambiente, porque aumenta el uso de productos tóxicos en la agricultura, contaminan genéticamente a las variedades tradicionales, acabando con ellas y provocando una grave pérdida de la biodiversidad.
“Según Greenpeace, los efectos sobre los ecosistemas son irreversibles e imprevisibles. Asimismo, son peligrosos para la salud: Los riesgos sanitarios a largo plazo debidos al consumo de transgénicos no han podido ser evaluados correctamente. Se sospecha que pueden provocarnos nuevas alergias, tumores cancerígenos o hacernos resistentes a los antibióticos”.
También aseguró que este tipo de agricultura igualmente es peligrosa para la economía, ya que el desarrollo de los transgénicos está en manos de unas pocas empresas multinacionales que acabarán controlando todo el mercado mundial de semillas y, con ello, la producción de alimentos en el planeta.
Asimismo, Rodríguez Vadillo afirmó que los recientes triunfos de las Organizaciones NO Gubernamentales sobre las empresas agrícolas que están usando semillas transgénicas, seguramente alentarán una ofensiva de las transnacionales como Monsanto, mismas que han demostrado contar con una gran capacidad para salirse con la suya, sobre todo en aquellos Estados donde las autoridades se prestan a corruptelas.
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