La tarde del martes 21 de noviembre la superficie del Duero, entre la ermita de San Saturio y la EDAR de Soria, apareció cubierta de materia orgánica. Su aspecto y ubicación junto a la EDAR de Soria hace presuponer que esta instalación es el origen del mismo. Éste no es un hecho aislado; tal y como ASDEN-Ecologistas en Acción viene indicando desde hace año y medio.
El aspecto de los vertidos de la EDAR de Soria a menudo no se corresponde con unos parámetros autorizados. Habitualmente el vertido produce una pequeña cantidad de espumas, pero en determinados momentos son más abundantes y llegan a ocupar todo el cauce. En otras ocasiones se forma una extensa mancha negruzca o de materia orgánica en suspensión que llega incluso hasta la misma Ermita de San Saturio, como ha sido en este caso.
Los análisis y expedientes de la CH del Duero afirman que todo el proceso de depuración es correcto, y que no hay vertidos ilegales. Sin embargo, la evidencia demuestra que estos vertidos “anómalos” se producen regularmente, pero al ser en un corto espacio de tiempo no son detectados por los análisis regulares. La consecuencia es que, con vertidos autorizados o no autorizados, el río y el embalse de Los Rábanos tienen una calidad y estado de conservación pésimo, que es contradictorio con los objetivos de la Directiva Marco del Agua europea.
A estos vertidos contaminantes de la EDAR de Soria hay que sumarle otros como los vertidos del colector o elevador de aguas del Sotoplaya*, cuyo expediente sancionador (tal y como ha hecho público el Partido Popular) ha conllevado una sanción de 600 € para el Ayuntamiento de Soria (la misma cantidad mínima de una multa de tráfico muy grave). Una sanción que el ayuntamiento de Soria quiere trasladar al matadero de Soria, pero sin que haya por medio un riguroso expediente sancionador.
Este caso escenifica la falta de voluntad de resolver y prevenir los vertidos. En primer lugar, se negó la evidencia y los vertidos del colector en su momento fueron negados por el Ayuntamiento y por la empresa del Agua. Para ASDEN-Ecologistas en Acción estos vertidos muestran un escaso compromiso por el medio ambiente por parte de estas entidades, aparentemente más interesadas en ocultar los problemas que en solucionarlos.
No es un problema de color político; la semana pasada y por causas desconocidas se produjo una mortandad de peces en Garray. El suceso tuvo lugar en el entorno de la EDAR de Garray. En la línea de que no ocurre lo que no se ve, este hecho de enorme trascendencia ambiental no tuvo ninguna difusión.
Garray y Soria, dos realidades diferentes con iguales resultados de contaminación ambiental y de desinformación. Garray cuenta con una EDAR sobredimensionada y de última generación, con procesos terciarios de depuración, que ha sido pagada por todos los castellanos y leoneses. La EDAR de Soria está obsoleta, y por disputas políticas no es sustituida por otra, que además se exige que sea pagada en una parte importante por los vecinos. En un caso por falta de medios y en otro por una pobre gestión, el río Duero sigue recibiendo numerosos contaminantes que afectan a su calidad.
Por desgracia, este panorama ambiental y administrativo se puede constatar en otros ríos y localidades de Soria: Almazán, Ágreda-Ólvega, etc.
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