jueves, 14 de octubre de 2010

Las comunidades locales de protesta contra la tala Congo planes de expansión

Publicado por sarah el 6 de octubre de 2010
Cientos de representantes de la comunidad de Oshwe protesta por las continuas y registro por SODEFOR

No se trata sólo de Greenpeace que tiene un problema con la escala de la tala industrial. Las comunidades locales también.

El mes pasado, un equipo de observadores de Greenpeace asistió a una reunión entre la empresa maderera SODEFOR y las comunidades locales en Oshwe, en la parte occidental de la República Democrática del Congo (RDC).

SODEFOR organizó la reunión de tres días para negociar contratos con la población local sobre la tala de los derechos de sus bosques. No le fue muy bien, terminando con cientos de manifestantes marchando de la ciudad para demostrar fuera de la sala de conferencias, cantando "Toboyi SODEFOR": "No queremos SODEFOR más".

Es evidente que las comunidades no confían en esta empresa - y por qué habrían de hacerlo? A principios de este año, Greenpeace y otras organizaciones identificadas SODEFOR como el instigador de un conflicto entre las comunidades de vecinos, que culminó con la trágica muerte el pasado febrero de George Nkaka.

Cuando la actriz Marion Cottilard (estrella de la película Inception) visitó recientemente República Democrática del Congo, se encontró con más información sobre este trágico caso, las promesas incumplidas de las escuelas y hospitales - y cómo las comunidades con frecuencia terminan vendiendo sus bosques para las bolsas de sal o jabón a empresas como SODEFOR (que la empresa matriz, Grupo Nordsudtimber, ya tiene registro de títulos de más de 7 millones de hectáreas de este bosque).

Y esto es un bosque que no pueden permitirse perder: 40 millones de personas en la República Democrática del Congo dependen de él de una manera u otra. También es crítico para la supervivencia de nuestros parientes animales más cercanos, incluyendo gorilas, chimpancés y los bonobos, y como todos los grandes bosques intactos, juega un papel crucial en la regulación tanto en el clima local y global.

Greenpeace ha tenido una oficina en la República Democrática del Congo desde 2008, y está trabajando para demostrar que el madereo industrial no es una solución a cualquiera de los problemas que enfrenta el país: no sacar a la gente de la pobreza, y tendrá consecuencias desastrosas para la biodiversidad y el clima.

Queremos que los gobiernos donantes, como el nuestro en el Reino Unido, para financiar la protección de los bosques y los proyectos que realmente beneficien a las comunidades en la República Democrática del Congo.



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