martes, 21 de diciembre de 2010

Transgénicos y Wikileaks: Mucho más que una sospecha

Blogpost por Juan Felipe Carrasco - diciembre 19, 2010 en 17:52

Por si quedaran dudas sobre a favor de quién ha estado trabajando el gobierno de España en los últimos años, los cables revelados por Wikileaks y publicados hoy por El País lo dejan claro: el Gobierno de España ha estado trabajando de la mano de EEUU y de Monsanto a favor de los transgénicos y en contra del conjunto de la sociedad.  En ellos se evidencia una estrategia conjunta de los gobiernos de España y EEUU a favor de las multinacionales de los transgénicos y en contra de aquellos países de la UE que han intentado parar estos cultivos.

El propio Secretario de Estado Josep Puxeu le llegó a pedir al gobierno de EEUU que presionase a la UE a favor del cultivo de transgénicos. Y confesó que sentía cómo la presión en contra de los transgénicos aumentaba en España… ¿Por qué en lugar de cambiar de política, en lugar de escuchar a la sociedad, en lugar de adoptar actitudes democráticas y basadas en la precaución, estos cargos políticos prefieren ponerse del lado de los poderes corporativos?

¿Qué más necesitamos saber sobre quién está detrás de los transgénicos y qué pretenden con ello?

Por ello desde Greenpeace y el resto de organizaciones aliadas, hemos pedido a la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, que adopte las medidas oportunas, tome inmediatamente cartas en el asunto exigiendo responsabilidades a quienes, escandalosamente, han trabajado para favorecer los intereses de las grandes multinacionales biotecnológicas en detrimento del conjunto de la sociedad, de la salud pública y del medio ambiente.

Desde hace más de una década el gobierno de España ha defendido el cultivo de transgénicos prácticamente en solitario en la UE, y es el único país que ha tolerado el cultivo a gran escala de OMG (según datos del propio Ministerio, se cultivan entorno a 70.000 hectáreas de un maíz modificado genéticamente de Monsanto). Y lo ha hecho sin cumplir con las normas europeas y españolas de transparencia, sin seguir los productos a través de la cadena alimentaria, sin obligar a etiquetar los alimentos transgénicos y sin realizar seguimiento alguno de los campos cultivados con estas peligrosas semillas. Los datos hechos públicos ahora explican por qué se ha permitido que campen a sus anchas las multinacionales del sector, a pesar de los innumerables casos de contaminación genética y los daños sociales y económicos que estos cultivos han ocasionado.

Por ello es de vital importancia que la nueva ministra cambie inmediatamente la posición del gobierno de España y que la primera medida sea prohibir el cultivo de maíz transgénico de Monsanto MON 810 para la próxima campaña de siembra, tal y como llevan haciendo desde hace años los gobiernos de hasta diez países de la UE (entre ellos Francia, Austria o Alemania) en base a las evidencias científicas sobre sus impactos sobre el medio ambiente, la imposibilidad de convivencia de la agricultura transgénica con la convencional y ecológica y las incertidumbre sobre sus efectos sobre la salud a largo plazo.

La prohibición del cultivo de transgénicos por parte del gobierno de España es imprescindible para poder defender los intereses de nuestro medio ambiente, nuestra agricultura y la salud pública, para que éstos no sigan en manos de la industria de los transgénicos, de los intereses de EEUU y de quienes, desde las instituciones españolas, los han apoyado abiertamente, tal y como ha quedado demostrado en los cables de Wikileaks.

Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace

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