pulicado el miércoles 08 diciembre 2010 por Me en: Clima Pacífico Desastres naturales COP16
No es tarea fácil ubicar a Nauru en el mapa. Ni siquiera con ayuda de un mapa online: con el territorio en la mira, en cuanto comienza uno a alejarse con el zoom, la isla desaparece en la enormidad del Pacífico central. Sólo después de un buen alejamiento comienzan a aparecer Ooma, Ebon y otros territorios que componen Micronesia. Es como si el océano estuviera a punto de engullirla.
Y lo está. Marcus Stephen, presidente de Nauru y representante del grupo de Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del Pacífico en la COP16, ha dicho a los asistentes que las pequeñas islas del Pacífico, sus tradiciones culturales y sus cientos de lenguas, están viendo elevarse peligrosamente el nivel del mar. La gravedad de su situación, ha dicho Stephen, se está perdiendo en una bruma de juergas económicas científicas y técnicas:
Ninguna de nuestras palabras son tan exóticas como las pronunciadas por el negociador del cambio climático Las personas que habitan estas paredes se comunican en siglas:. Qelros, Lulucf y Nama: cartas que llevan el poder de determinar cuáles de nuestras naciones pueden prosperar y cuáles pueden desaparecer bajo las olas. (Traducción propia)
Kate Sheppard, de Mother Jones, recuerda un hito importante para la situación actual de Nauru. En el siglo 20, la isla se convirtió en un centro minero de fosfatos, actividad que ha dejado un legado de contaminación en 70% de su superficie. Toda la población se ha visto forzada a vivir en las playas, a pocos metros sobre el nivel del mar.
La contaminación también ha provocado que el país no pueda aprovechar las aguas subterráneas, así que los residentes dependen de la cada vez más impredecible lluvia para recolectar agua para beber.
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